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La carboximetilcelulosa, carmelosa sódica o CMC, también conocido como aditivo número E-466, es un producto derivado de la celulosa de plantas, fibras vegetales y proteínas de animales.
Su presentación es muy similar a la de una sal de sodio del éter, por lo que se obtiene de forma granulada, con color blanco con matices amarillentos o grisáceos, sin olor ni sabor.
Es un coloide hidrófilo y con usos similares a la metilcelulosa. Para que sea soluble es necesario modificar químicamente la estructura vegetal de la que se obtiene la CMC, que es la celulosa de algodón o de maderas; también se puede obtener por medio de la reacción entre la celulosa con ácido cloroacético.
La CMC se puede disolver en agua fácilmente y tiene la característica de ser fácilmente fermentada en el intestino grueso, y también es la que hace posible sus usos tanto en la industria alimentaria como en la farmacéutica. Además, es una fibra dietética que puede recomendarse a las personas que sufren de algunos problemas digestivos.
Si bien se dispersa con facilidad en el agua fría y caliente, y permite obtener disoluciones coloidales, prácticamente es insoluble en alcohol.
De la misma forma que otros polímeros solubles en agua, las partículas de CMC tienden a aglomerarse y a provocar la formación de grumos cuando se humecta con agua.
La CMC es compatible con otros coloides de tipo orgánico como alginatos, almidones, harinas, ésteres celulósicos, éteres, detergentes tensoactivos, gomas, polímeros aniónicos y no iónicos que sean solubles en agua.
El CMC es un aditivo muy utilizado para la formulación de geles de lubricación utilizados por los expertos en fisioterapia, así como para cirugías cardiacas, torácicas u oculares, donde actúa como agente estabilizador de espesamiento para obtener geles de buena consistencia y con una gran adhesividad, pero sin mucha transparencia y con un color pardo acaramelado.
Cuando se mezcla la CMC con goma guar y carrangenina se obtienen geles muy estables y viscosos.
En su aplicación como aditivo para formular geles, estos productos son de tipo aniónico y estables a un pH entre 6 y 9, lo cual es muy importante porque los geles con pH más bajo suelen perder viscosidad conforme aumenta la temperatura.
Por su parte, las soluciones formuladas con CMC mantienen una viscosidad constante, la cual solo se va perdiendo cuando el pH es superior a 10.
Gracias a su efecto en el intestino grueso, la CMC se utiliza para la formulación de laxantes, o productos que ablanden las heces fecales para que puedan ser eliminadas con más facilidad y sin causar irritación en las mucosas.
También se utiliza para formular productos para el tratamiento del síndrome de ojo seco, como emulsificante en emulsiones O/W y como agente suspensor en la formulación de suspensiones.